Muchas
veces creemos que hacemos cosas buenas como lo vemos nosotros pero quizás no
son del todo buenas para Dios.
Andamos
de tropiezo en tropiezos en la vida, consideremos como errores (pecado) que se
comete por diversos motivos, que puede ser intencionado o no, lo interesante es
tener la mirada al frente abandonar lo pasado,
levantarse “de la caída” y seguir adelante, por el Camino, la Verdad y
la Vida. --Hagámosno un chequeo espiritual, con esta lectura. -
Leer con mucha atención,
¡Esfuérzate! - No te desanimes, lee por fracciones.
Una
mujer, con más de 70 años de edad como ella misma lo mencionara, a la que la
llamaremos “Marylín”,
norteamericana, doctora en
teología, estaba siendo entrevistada, por la “Madre Angélica” en su Programa en
el Canal 2 EWTN (Cable). Invitada por ella misma. (La madre Angélica- predicadora)
La
M. Angélica le sugería temas sobre los cuales quería que comentase. “Marylín”
sin titubear empezaba a hablar en forma rápida y continuada, sin pausa. - Demostraba mucha sabiduría o conocimientos
sobre las cosas de la vida con relación a la espiritualidad, por la forma de
expresarse y por la seguridad de sí misma cuando hablaba.
Luego
del corte intermedio del Programa es el momento para que los televidentes, que
quisieran, hagan preguntas o sugerencias, llamando por teléfono al Canal.
Llamó
una mujer: dijo que desde hacía ya unos años que estaba cuidando a una hermana
enferma, (en cama), quería saber si con lo que hacía estaba cumpliendo “con la
voluntad de Dios”.
“Marylín”
le respondió al instante: “Es muy difícil saber si una persona está cumpliendo
con la voluntad de Dios, aunque estuviese haciendo ese servicio de cuidar a la
hermana”. -Siguió hablando: “La misma persona, primero, debe saber por qué esta
haciendo lo que hace, si es realmente impulsado por un amor que siente por
ella, o por qué otro motivo, quizás las circunstancias se dieron para que a
ella le correspondiera cuidarla, quizás por una responsabilidad de conciencia,
u otros motivos, que en último caso es solo Dios quien podrá juzgar si lo que
hace está dentro de su voluntad”.
Ampliando
su comentario, expresó que no hay hombre que haga la voluntad de Dios, “Ni
siquiera los doctores, aunque yo también soy doctora”, agregó.(se refería al
doctorado en teología o religión) -Cortamos aquí su exposición y lo analizamos.
En
relación a su opinión y consideración encontramos que S. Pablo también se
refirió de igual forma: “No hay nadie
quien haga lo bueno, no hay justo ni aún uno” (Romanos 3,10). (Menciona al
Salmo 14,1-3)
Aunque también lo mencionado de
Pablo, es siempre relativo.
Era
evidente que el comentario de “Marylín” se refería al hombre perfecto, que solo
Jesús-Dios lo es. Por eso le respondió de esa manera a la mujer que le
consultaba. Que aunque no lo dijo, le habrá querido decir y dejó en su pensamiento: quizás el motivo que
le impidió responder afirmativamente,
que sería:
«¿Harías
lo que haces por tu hermana, por una persona extraña, que ni siquiera fue tu
amiga antes de enfermarse?
Esta acción sería a lo que Dios se
refiere ser “perfecto”. Jesús nos aclara
que sí lo es.
“-Porque si ustedes aman a quienes les aman, ¿qué de
bueno hacen? -Agregó Jesús: hasta los Publicanos hacen lo mismo, y hasta los
que no conocen a Dios. Por eso sean ustedes perfectos, como su Padre que
está en el cielo es perfecto” (Mateo 5,46-48)
Escuchamos
decir: “Que todos somos llamados a ser santos.
San
Pedro nos dejó escrito esa instrucción: -“Al
contrario, vivan de una manera completamente santa, porque Dios, que los llamó
es santo; pues la Escritura dice: Sean ustedes santos porque yo soy santo”.
(1Pedro 1,15-16). (S. Pedro se refiere a “Levíticos 19,2”, de la Biblia)
La vida de santidad,
que se nos pide en las Sagradas Escrituras, se refiere a que caminemos en busca
de esa perfección, practicando el amor unos con otros según el nuevo
mandamiento que nos dejara Jesús, al que
nos preguntamos: ¿Y cómo hacer?: -S. Pablo nos muestra el camino:
“Tengan paciencia, sean bondadosos, no
envidioso ni orgullosos, ni egoístas, no se enojen, (Y si se enojan, dijo
Jesús que el enojo no les dure todo el día, perdónense y reconcíliense) -Sigue Pablo su lista: no sean rencorosos, ni se alegren del
pecado de los demás, -el que tiene amor. Todo lo soporta, con confianza,
esperanza y paciencia”. (1Co.
13,4-7) (Debe leerse todo el Cap. 13 y 14).
Y la persona que consultaba por
teléfono quería saber, si con lo que hace, ¿cumple
ya con la voluntad de Dios?
Se
refería por la buena obra de servicio hecha al prójimo, porque con eso se da cumplimiento a la ley de Jesús,
(“porque me diste de comer; me consolaste, me visitaste, etc. entonces vengan
conmigo en el Reino”. Por tanto ya podremos dormir con la conciencia tranquila,
y el resto que nos ven podrán admirarnos por los buenos frutos que estamos
haciendo, “Por sus frutos los conoceréis”
(dijo Jesús).
Sabiendo
la consultante que hacía lo bueno que Jesús pedía según el Evangelio, quería
saber si ya era “todo” para que Dios considere, que hace su voluntad, y
merecedora para llegar al Reino.
En realidad, como es un caso real,
yo también me pregunto ¿por qué se habrá preocupado en querer saber, Si “eso”
era todo para cumplir con la voluntad de Dios? Pero quién podrá saber la profundidad de los
pensamientos de Dios.
Por
eso fue que inmediatamente, “Marylín” le
respondió: “Es muy difícil saber”.
¿Por qué fue tan estricta en su respuesta Por algo tan noble que estaba
haciendo la mujer que preguntaba por teléfono?
Veamos el por qué:
(#)”YO QUIERO QUE ME AMEN Y NO
SACRIFICIOS”
-Porque Dios, o desde fuera, o desde dentro
de nosotros, juzga, no por las obras, sino por las intenciones que hubo en lo
más íntimo de la persona para hacer las obras. Y esto es aclarado por
S.Pablo: “Aunque dijera lindas palabras; haga buenas obras, incluso aunque diera
mi propio cuerpo en sacrificio de muerte por alguien, «Si no tengo amor, de nada vale» (1Co. 13,1-3)
Con
esto se deduce que yo no necesito preguntar a otra persona, que si lo que hago,
es aceptado por Dios como un cumplimiento a su voluntad.
-Solamente
“Ama
y haz lo que quieras, (o aún lo que te toca hacer como un deber), porque
si es el Amor el que guía tu vida realizarás grandes emprendimientos” (
dijo San Agustín)
“Yo no quiero que me ofrezcan sacrificios,
sino que tengan compasión” (Mateo 12,7 y 9,13). Con esto Jesús enseñó lo que es: “la compasión”, “el amor” y “el prójimo”, contenido en la parábola
de “El buen samaritano” (Lucas. 10,29-37) -Y Precisamente en esta parábola
aparece el maestro de la ley que pregunta a Jesús:(algo semejante a la persona
que pregunta a “Marylín”): “Si ya cumplí con los mandamientos, ¿Qué más
debo hacer para entrar en el Reino?.
-A lo que Jesús respondió con la “parábola”, y del cual se extrae el
mensaje: “Ama, ten compasión”.
EL
AMOR:
El amor, al que Dios se refiere,
es incondicional, el auténtico, por eso el requiere que experimentemos esta condición en nosotros, como una herramienta
que debemos tener siempre para que todo lo que hagamos sea siempre por ese
impulso, del “Amor incondicional”.
“Vivan pues, vestidos de la virtud de la compasión, bondad, humildad, mansedumbre
y paciencia, perdónense, tengan mucho amor que es lo que completa todas las
cosas.” (Colos. 3,12-14).
El
Padre Thomás Merton, norteamericano, explicó: así: “La compasión es la plena
conciencia de la interdependencia de todos los seres vivos, implicados unos con
otros, constituyendo una parte de los demás”. -
“Todo
lo que sufrimos se debe a la ignorancia de la separación, la creencia de que
todos somos independientes de los demás.”
La
misma Biblia que es Palabra de Dios, nos dice que en el mundo, cada uno somos
parte del otro, formando así un solo cuerpo, y la cabeza es Cristo. (1Cor.
12-30).
Pero El hombre nunca
ha podido comprender “qué significa ser hermanos”, por tanto no puede vivir
como hermanos.
Aunque
todos, cada cual en su religión, escucha decir a su líder “sacerdote” o
“pastor” «Hermanos»............-De igual manera cada uno en el templo se está
mirando recelosos como extraños, a excepción de aquellos que ya se conocen. No se comprende, quizás porque
no se insiste en la enseñanza que literalmente cada uno de Dios hemos “salido”*
o hemos nacido, por eso, hijos y hermanos entre nosotros. Y a Dios debemos volver.
*(Jesús dijo: “de mi Padre he
Salido, y a Él volveré”)
Aunque
también se enseñe, quizás solo no se quiera aceptar.
Porque: Fuera
del templo ya no vivimos o practicamos eso de “Que la paz sea contigo”, -”Y con tu espíritu”. No es de extrañarse
el por qué en el mundo sigue existiendo las guerras, las violencias, las desgracias
que ocasionan los desequilibrios de la naturaleza, tormentas, terremotos, etc.
Porque
en el conjunto, la humanidad no buscamos todos a Dios, como él nos pide, “para hacer su voluntad”
“Por eso no debe ser preocupante”,
para aquella mujer que está haciendo un bien a su prójimo con sacrificio, que,
si no con mucho, algún grado de amor debe existir en ella para hacer lo que
hace, y si es poco, eso irá creciendo más y más al comprender que es a Dios a
quien está sirviendo y por amor. -”no por obligación”
-Dije
que no es preocupante, considerando, que aún los que nos creemos crecidos en el
espíritu y estamos sirviendo en la Iglesia, para los “Sagrados oficios
religiosos”, nos estamos separando unos de otros, simplemente a causa de
principios o conceptos religiosos personales. (Podría decirse fanatismo
religioso).
El
fanatismo por la religión, causa divisiones, y guerras “santas” no solo por la
religión sino por querer ser creyente en Cristo, Jesús mismo lo ha anunciado, “Por
mi causa se dividirán entre padres e hijos; -entre marido y mujer, etc.,
etc.” y..«entre compañeros de trabajo».
-Y esto último se observa en la actualidad. (en Instituciones estatales)
Es
un misterio comprender el Reino de Dios y cual es su justicia, en relación a su
Espíritu y la humanidad. Si es que eso exigimos comprender para vivir una vida
“como hermanos” entre hermanos “que somos”.
Por
eso, Jesús, para no complicarnos, solo nos pide algo muy sencillo de comprender
y con palabras fáciles, para hacer su voluntad: “Ámense los unos a los otros, así
como yo les he amado”. Pero se presenta tan difícil de aceptar, porque
lo que Él nos pide es “amar a los que no te aman”
Aunque
sí también debemos reunirnos en el templo para orar juntos dar gracias,
alabarle con cantos y adorarle, realizar
los rituales ceremoniales para partir el pan y consagrado, compartir. Como
Jesús nos ha encomendado.
Si
no hemos comprendido aún lo que es amar
a Dios en espíritu y en verdad, entonces
todavía somos como niños de pecho que toma leche. (Hebreos 5,13)
Pero
debemos reconocer que ya somos grandes, y asumir nuestra responsabilidad del
crecimiento espiritual, para comer carne
y comidas sólidas y digerir. (Hebreos 5,14)
-Si
estamos interesados en hacer la voluntad de Dios, que de verdad es lo que
quiere de nosotros, debemos sentir lo que Jesús siente, para ello es necesario
unir tu corazón al corazón de Jesús, o en otras palabras, sentirte unido al
espíritu de Jesús, tú en El y El en ti.
Y
cuando veamos muy complicado el misterio de la Divinidad, intentemos sentir
para orar así a Dios: “Yo
solo se Señor que Tú estás en mí y yo estoy en ti”,
Y
No estaremos lejos de la verdad, y el Señor nos permitirá acercarnos al
conocimiento de su Reino. Y podremos ver las cosas que hacemos y que debemos
hacer, con los ojos y la conciencia de Cristo Espíritu, considerando que
Cristo, “Uno con el Padre” vive en nosotros:
“¿No saben que ustedes son templo de Dios, y
que el Espíritu de Dios vive en ustedes?” (1Co.3,16)
“Que nadie se engañe, si alguno
se cree sabio según la sabiduría de este mundo. -Por eso nadie debe sentirse
orgulloso de seguir a ningún hombre”. (1Co. 3,18- y 21).-
Y respecto al fanatismo por las prácticas de la
religión, S. Pablo nos dice:
“¿Por qué viven todavía como si fueran del
mundo, sometiéndose a sus reglas, como no toques esto, no comas aquello, no lo
tomes con las manos?” (Colosenses 2,20-22).
Y:.. “¿Cómo es posible que vuelvan a
esas ideas débiles y pobres para someterse de nuevo a ellas como esclavos?
-Ustedes guardan todavía ciertos días meses y años, temo mucho que mi trabajo entre
ustedes no haya servido de nada” (Gálatas 4,9-11).
Con
esto S. Pablo nos indica, “Que nos preocupamos tanto, y más, por los ritos de
la religión, o sus reglas, que ocuparnos por Amar a nuestro hermano” -que
quizás nos estén necesitando.
Para
concluir, volviendo al tema en cuestión,
“SI LO QUE HACEMOS
ESTÁ DE ACUERDO
CON LA VOLUNTAD DE DIOS”.
-Cualquier
obra buena que hagamos y que debemos hacer por el bien de los demás, inclusive
en el ejercicio de la religión, ya tiene
su paga espiritual para el Reino, de acuerdo en la medida de amor que hubo en
nuestros sentimientos, aunque no sepamos
cuánto nos califica Dios por ello. -Pero una obra hecha en su nombre y con
amor, nos impulsará a hacer otra, y mejor, hasta que lleguemos a la perfección.
-Si lo deseamos.-
Para
recordar y ratificar el mensaje de este párrafo final, le sugiero volver a leer
el párrafo de la pag. 3-4, señalado con (#).- Amen.-